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Mi Parto (II)


Como os decía en el primer post sobre mi parto, a los veinte minutos de que me pusieran la epidural desaparecieron los dolores. La anestesista se fue y dejaron volver a mi marido, cosa que me tranquilizó mucho. La matrona me dijo que aprovechasemos para descansar, sobretodo yo, que ella estaría pendiente de los monitores desde el puesto de control. 

Tengo que decir que había escuchado a muchas chicas que les habían puesto la epidural y el parto se paró, llegando incluso a pasarseles el efecto y acabar pariendo a pelo... Así que en ese miedo mío al dolor le pregunté a la matrona que si no me iban a poner oxitocina, a lo que me respondió que ya veríamos a ver como reaccionaba con la epidural y como seguía el parto. Y se fue. Yo miré la bolsa y recé para que no se gastase. Si de 3 centímetros me dolía tanto, no quería imaginar como me dolería de 10... o en el expulsivo!

Al final, cuando decidí relajarme, miré a mi marido y nos intentamos relajar cuanto pudimos. Pero al poco, la maquina de los monitores se puso a pitar como una loca. En seguida volvió la matrona, miró la máquina y todo estaba bien. Aprovechó para reconocerme a ver como iba... Había dilatado completamente, en sólo una hora. Tela lo que tardé de 1cm a 3cm y hasta los 10 fue un visto y no visto. Le entraron las prisas a mi gordi por salir.

Lo siguiente era ir empujando y así lo hice, cada vez que notaba la barriga dura como una piedra empujaba. Sobre las 5 de la mañana volvió la matrona y me dijo que era el momento de llevarme a paritorio. Todavía no sé como fui capaz de pasar de la cama al potro sin caerme ni hacerme daño..

A las 5.15 de la mañana nació mi gordi. Tan pequeñita, tan suave y tan linda. Recuerdo que me la pusieron encima y tuvieron que bajarmela un poco porque el cordón era corto. Estuvo un rato sobre mí, pero se la llevaron enseguida porque hacía un poco de ruido al respirar. Tenía húmedos los pulmones y nos dijeron que la llevaban a cuidados neonatales... Volvieron a ponermela un minuto encima y después se la llevaron.

¿Sabéis lo peor de todo? Que no llegué a verle la cara. Se hizo una bolita sobre mí y no pude verle más que uno de sus tiernos mofletes. Cuando volvió mi marido, yo estaba en la sala de dilatación para recuperarme. Él tenía que volver donde estaba la niña para darle un biberón hasta que yo pudiese ir. Le pedí que le hiciese una foto. Me dijo que estaría con los cables y demás y le dije que me daba igual. Que necesitaba verle la carita...

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