Parece que fue ayer cuando estaba agotadisima en el final del embarazo y muerta de miedo ganas por todo lo que iba a llegar, por verle la carita a esa bebé que había estado creciendo en mi interior.
En menos de quince días mi niña cumplirá dos años. Dos años en los que ha crecido y aprendido tantísimas cosas y que nos ha enseñado a nosotros otras tantas.
Me abruma ver como ha pasado el tiempo. He tenido la suerte de estar con ella en casa desde que nació y verla evolucionar sin perderme nada. Aún así me llevo las manos a la cabeza pensando “¡ya son dos años!”
Dos años de maternidad donde he experimentado de todo. Desde la alegría y el orgullo de sus primeros pasos, sus primeras palabras y sus ya casi frases, sus bailes, sus pataleos en el agua intentando nadar; pero también la frustración de no haber evitado el que ha sido hasta ahora el mayor trastazo que se ha dado y es que con apenas 14 meses, y haciendo una semana que andaba sola, se cayó y se partió uno de sus perfectos dientes blancos.
La maternidad es dura, muy dura. Quien os diga lo contrario, miente. Son noches en vela, días de no saber que hacer para calmarla, no saber como consolarla cuando llegan las salidas de los dientes, porque a veces éstos dan mucha lata. Son rachas en los que creo que ni ella misma se aguanta. Son los días que no quiere comer y haces lo imposible para que lo haga. Y son los golpes que se dan, más fuertes o más flojos, que a ti te dolerán más aún.
Pero la maternidad también es lo mejor que me ha pasado. Sus primeras veces, las sonrisas, las carcajadas, sus abrazos, sus primeras palabras, su primer 'mamá', cuando te bese, cuando te mire a los ojos y sientas que el amor te sale por todos los poros de tu piel porque es el amor más grande y puro que jamás sentirás. Compensa todo. Todo lo malo, el lado oscuro de la maternidad quedará reducido a nada con todo esto.
Pero la maternidad también es lo mejor que me ha pasado. Sus primeras veces, las sonrisas, las carcajadas, sus abrazos, sus primeras palabras, su primer 'mamá', cuando te bese, cuando te mire a los ojos y sientas que el amor te sale por todos los poros de tu piel porque es el amor más grande y puro que jamás sentirás. Compensa todo. Todo lo malo, el lado oscuro de la maternidad quedará reducido a nada con todo esto.
Hoy me pongo en modo organizadora y empiezo a pensar en cosas chulas para su fiesta de cumple. A ver que se me ocurre este año. De momento, sacaré las cosas que usamos de Peppa Pig para la fiesta del año pasado, y es que sigue loca con ella. Pero algo más pondré... ya os contaré.
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